arriendo de maquinaria pesada en Santiago

arriendo de maquinaria pesada en Santiago

Una de las claves del mundo empresarial es la correcta gestión de la contabilidad de los negocios; de ello depende la rentabilidad de una compañía. El sector de la construcción no es la excepción a dicha realidad, por eso es fundamental tomar las decisiones adecuadas en cuanto a la contratación de mano de obra, materiales a utilizar y adquisición o arriendo de maquinaria pesada en Santiago.

Sobre este último aspecto, la industria de la construcción tiende a desarrollarse de manera diferente al resto, donde lo ideal, es invertir en la adquisición de los recursos necesarios para el funcionamiento de estas. En dicho caso, dado el precio de la maquinaria empleada y la frecuencia con la que se usa, el arriendo es una alternativa que ofrece mayores ventajas y algunas de ellas son:

  • Ahorro en costos de mantenimiento: adquirir la maquinaria, implica encargarse de su cuidado, realizar las revisiones periódicas y estar atentos al momento en el que requieran recambios. Aunque solo se les utilice ocasionalmente, estas deberán recibir atención, puesto que se deterioran si no se les emplea con cierta frecuencia, de modo que la falta de uso podría ser la causa de ciertas averías.
  • Disposición de la maquinaria más exclusiva: algunas obras requieren del uso de equipos específicos y no siempre se dispone de tiempo o dinero para comprarlos. En tales casos, el arriendo permite tener acceso a una amplia variedad de modelos que pueden suplir las carencias.
  • Se paga por uso: cuando optamos por el arriendo, no tenemos que hacer cálculos y proyectarnos en el tiempo para garantizar el retorno de la inversión. Simplemente añadimos el valor del canon que se nos ha fijado al precio total de la obra, y, con ello, cubrimos los gastos derivados del uso de la máquina.

Aunque la disposición de recursos propios representa una gran ventaja, existen casos como los de la maquinaria pesada, en los que esta no siempre es la mejor opción. Antes de elegir, preguntémonos con qué frecuencia serán utilizadas, el tipo de uso que se les dará y, especialmente, si tenemos la capacidad de asumir los gastos derivados de su mantenimiento. Solo así, podremos tomar la decisión más acertada.

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