tratamiento de adiccion a la cocaínaHay una razón muy simple por la cual el consumo de sustancias psicotrópicas y estupefacientes no está permitido, o al menos se prohíbe la comercialización de la mayoría de ellas, causan efectos negativos directos en el organismo. Algunos productos como el alcohol y el cigarrillo están digamos “aprobados” por la sociedad y tienen su propia regulación, pero lo que popularmente conocemos como drogas afectan a millones en el mundo, muchos de ellos necesitan posteriormente un tratamiento de adicción a la cocaína o heroína por ejemplo.

La cocaína no es más que un estimulante, un componente que afecta directamente el cerebro de quien la consume, pero la peor de sus características es que es altamente adictiva, una vez que se prueba no se puede saber a ciencia cierta hasta qué punto el individuo puede soportar las ganas de volver a probar.

Su efecto es inmediato, causando un “viaje mental y de relajación de corta duración” pero que una vez termina se presentan efectos anormales en las emociones, se puede sentir depresión, nerviosismo, tristeza, frustración o ansias de seguir consumiendo, varía de acuerdo al estado emocional y el entorno de la persona.

Consecuencias a corto plazo

Es impactante cómo afecta esta droga al cuerpo y el cerebro de alguien de forma inmediata, síntomas como pérdida de apetito, problemas cardíacos o de circulación en la sangre, dificultad para respirar, sobreestimulación, cambios radicales de personalidad y conducta, incluso llegando a ser violento, mareos y ganas de vomitar, alucinaciones o manifestación de temores internos, en el peor de los casos y con dosis muy altas incluso causa la muerte.

Efectos a largo plazo

Ahora bien los efectos no se acaban con el tiempo, así como el cigarrillo va dañando nuestros pulmones a medida que seguimos fumando, el organismo se ve degradado mientras más lo sometemos a la cocaína.

1.- Daños permanentes en el cerebro y el corazón, sobre todo en los vasos sanguíneos lo que produce una presión elevada.

2.- Enfermedades que afectan hígado, riñón y pulmones, dependiendo de la forma de consumo.

3.- Problemas sexuales derivados del deterioro en los órganos reproductivos, tanto en hombres como mujeres.

4.- Cambios drásticos de comportamiento, desde euforia repentina, hasta depresión, delirio o paranoia.

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