La depresión es un trastorno afectivo el cual se manifiesta a través de una serie de síntomas psicológicos y fisiológicos, pero algunas personas no están conscientes de padecerlos por lo que no reciben el tratamiento correspondiente para aliviar estas complicaciones. Entre estos tratamientos que hoy en día son muy utilizados en el diagnóstico y alivio de la depresión son la psicoterapia y la medicación.
Por lo general, no es común que el psicólogo o psiquiatra trate la depresión con un solo procedimiento, cuando se trata de trastornos graves o crónicos que perjudican el bienestar del paciente, se utiliza una acción combinada entre terapia farmacológica y ayuda psicológica.
¿Cuál es el mejor tratamiento para la depresión?
No existe a ciencia cierta una formula específica para la depresión, tampoco puede afirmarse que estos dos tratamientos sean totalmente efectivos para todos los pacientes, como es sabido, ningún ser humano en el mundo es igual, mucho menos las condiciones y experiencias de vidas que le ha ocurrido a cada persona.
Sin embargo, a través un estudio exhaustivo del paciente (por medio de caso de vida, entrevistas, aplicación de test, entre otros), el profesional puede recomendar el mejor procedimiento para la persona, aunque no sea el más efectivo para su condición, mejorando significativamente sus síntomas.
Entre algunos tratamientos en la psicoterapia destacan los siguientes:
- Tratamiento psicoterapéutico: la terapia cognitivo-conductual es un método enfocado para el mantenimiento del tratamiento, en el que además, se ayuda a que los pacientes tengan menos riesgo de padecer recaídas o síntomas aún mucho más graves.
- Farmacología: este tratamiento suele limitarse a cuadros depresivos crónicos o muy graves, no es utilizado cuando la depresión se presenta de forma leve dado que no es beneficioso para el paciente.
- Otros: cualquier persona puede sufrir depresión en algún momento de su vida y esta puede variar en intensidad, solo las más leves pueden ser curada con métodos más sencillos, como la autoayuda, ejercicio físico, mejor alimentación, musicoterapia, entre otros.
La tristeza y la ansiedad se viven día a día y son emociones que complican la vida, pero no hay por qué preocuparse, con una intervención temprana y adecuada puede evitarse que se trasforme en depresión o en trastornos mucho más complicados.